lunes, 2 de junio de 2014

Berlinas caseras

Buenas tardes!
 
Se acerca el fin de curso...época dura para los estudiantes como mi hermano (y en mi caso para las profesoras también jejej).
 
¿Y que mejor manera que reponer fuerzas que con unas berlinas caseras? Además de estar muy ricas son más sanas que las industriales que venden en los supermercados.
 
Por esos motivos me decidí a probar a hacerlas, y os tengo q confesar que es una de las recetas que más me ha costado hacer, pero una vez le coges el tranquillo... ñam ñam!!!
 
Como siempre os digo, no sobró ni una!, y os recomiendo una cosa, es mejor comerlas en el mismo día que las haces porque al día siguiente se ponen un poco duritas (aunque siguen estando igual de ricas).

 
 
La idea la cogí al leer que Sandra de "La receta de la felicidad" la subía a su blog. Vi la foto en instagram y al día siguiente ya estaba con las manos en la masa! No pude resistirme!
Y sin enrollarme más voy a compartir su receta con vosotros. Animaros a hacerla!!!!
 
Berlinas caseras
  • 500 g de harina de fuerza
  • 65 g de azúcar
  • 10 g de sal
  • 15 g de levadura fresca de panadería
  • 4 huevos
  • ralladura de medio limón
  • 150 ml de agua
  • 125 g mantequilla
  • aceite de girasol abundante para freír.

  •  
    Ponemos en un bol todos los ingredientes salvo la mantequilla y lo amasamos (yo lo hice a mano aunque podéis usar una amasadora). La masa es bastante pegajosa asique a mano cuesta mas trabajo.
    A continuación vamos añadiendo la mantequilla poco a poco para que se integre bien. Cuando es lisa y homogénea la masa, la ponemos en un bol, la tapamos con un trapo y la dejamos en un sitio templado hasta que duplique su tamaño.
     
    Después lo volvemos a amasar y lo dejamos otra vez en el bol con el trapo toda la noche en el frigorífico.
     
    Al día siguiente dividimos la masa en bolitas (a mi me salieron unas 20), las ponemos sobre papel de cocina y las dejamos reposar hasta que dupliquen su tamaño como podéis ver la foto (tapadlas con film o con un trapo).
    


    Y ya solo nos queda freírlos!. Echad abundante aceite en una cacerola para que no toquen el fondo al hacerse (tienen que flotar). Con un minuto de cada lado seria suficiente para que se doren y estén bien hechos por dentro.
     
    Recordad que nada más los saquéis, los ponéis un poco sobre papel absorbente y después hay que rebozarlos en azúcar para que se quede pegado y por último los ponéis a enfriar en una rejilla.

     Y este es el cuqui resultado!
     
     
     Mirad que esponjosos quedan por dentro, están riquísimos!


    Y el último truco es que si los rellenáis...están el doble de buenos! Yo en este caso les puse dulce de leche que tenía en casa...pero le podéis poner lo que más os guste.

     
    Que paséis una buena semana!
     
    Hasta pronto!
     
    Vir

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